El CARACTER DEL MITO Y EL TRANSVERSO DRACONICO
El Transverso Dracónico- Yang y Yin
El sistema solar es parte del mito de la constelación septentrional de Draco, el dragón o serpiente. En la mitología antigua la constelación está asociada con la muerte y la salvación:
La serpiente se traga todas las almas que al momento de la muerte no han alcanzado la Gnosis (el conocimiento real) y las regresa al mundo a través de su cola, donde otra vez comienzan una nueva vida de lucha para alcanzar la Gnosis, la cual finalmente, las salvará de la recurrencia.Esto es lo más lejos que los recuentos antiguos sobre Draco nos han llevado. El mito entero, si alguna vez se ha contado, no ha sido registrado en un contexto tan detallado y significativo como el que estoy por revelar ahora.
Primero permítanme explicar el carácter del mito. Es imposible describir espíritu como espíritu, porque el espíritu se debe comunicar a sí mismo al individuo. Pero desde el mito, se puede hacer de forma aproximada. El mito es el único medio a nuestra disposición para describir la realidad detrás de la existencia humana. Es el lenguaje, la escritura del espíritu transmitiendo el significado de las cosas percibidas, el otro modo de la verdad indecible detrás de la apariencia física y fragmentada de las cosas.
Así que leyendo lo siguiente es necesario “mirar a través de” la apariencia actual de la parte celeste que describiré, y tratar de relacionarla con la estructura de soporte del mito o la verdad detrás de este. Esta es la forma en que los antiguos se las arreglaron para hacerlo. Ellos no inventaron los mitos.
El mito, o la verdad, ya estaban ahí así como lo está en este momento. Sería completamente equivocado relegar al mito Dracónico como ficción imaginaria.
Este mito –que necesariamente será visto referido en mitos de todas las épocas y en todos los lugares- está más cerca de toda la verdad, la verdad, que cualquier enunciado lo pudo haber hecho desde la experiencia de percepción de los sentidos.
El sistema solar es parte del mito que llamo el Transverso Dracónico. Como todo mito debe tener su símbolo físico, su apariencia en el mundo, el Transverso Dracónico está representado por una esfera gigantesca en el espacio con un volumen de miles de años luz cúbicos, con la constelación de Draco como su polo norte. La extensión física del Transverso Dracónico es tan enorme que sus estrellas principales, vistas desde la Tierra, se perciben como estrellas fijas – sin movimiento.
En lo que a la pequeña Tierra concierne, el Transverso Dracónico representa nuestro campo de realidad, el mundo del mito. Solo podemos observar y conocer el resto del universo a través de él. El resto del universo puede tener poca realidad para nosotros hasta que al menos hemos comenzado a entender el misterio Dracónico o la verdad que, como voy a mostrar, es tan íntima para nuestra existencia terrestre.
Yang y Yin
Draco es de hecho un dragón o serpiente. Su cabeza es Yang y su cola es Yin. El profundo principio cósmico de Yang y Yin es el puente mítico entre lo exterior y lo interior.
El Yang está detrás del exterior aparente creado por nuestra búsqueda consciente, en las aguas profundas de la superficie terrestre. El Yin está detrás de lo inconsciente. Juntos, representan la extensión de la realidad inconsciente, la cual solamente puede percibirse a través del mito. El mito por sí mismo trasciende todos los parámetros de conciencia.
Yang, la cabeza de la serpiente, es “toda ojos”-una enorme plataforma de percepción celestial. Desde este punto de vista ventajoso en el espacio profundo, una muesca de años luz más allá del sistema solar, el principio Yang de Draco preside sobre el tiempo y los eventos que en la Tierra están representados por la vida y la muerte –el dinamismo detrás de la evolución terrestre.
Desde el punto de vista terrestre, la cola de Draco –Yin- finaliza profundamente en el inconsciente de la mente humana, más allá de la psique, dentro de la mente de la Tierra, la mente del espíritu de la Tierra. Entre la cabeza y la cola, está el cuerpo de la serpiente. Este es el Hombre y todas las especies que viven y mueren.
Yang es responsable de la evolución de la Tierra como una parte intrínseca de la totalidad evolutiva del universo. Desde su elevada posición Dracónica, inspecciona el universo y mantiene informada a Yin. Yin es responsable de supervisar que los cambios evolutivos correlacionados sucedan dentro de la mente terrestre.
Para la humanidad (de forma distinta a otras formas de vida que pueden habitar otros planetas o sistemas estelares dentro del Transverso Dracónico), el Yang inspecciona el universo relevante por percepción sensorial. Además, viendo más allá de la evolución perceptiva sensorial y los factores galácticos que hasta nuestro Sol creador es incapaz de percibir. Yang le transmite a Yin el estado de la galaxia en cuanto a cómo afecta la mente terrestre de formas considerablemente más profundas de las que podemos siquiera pensar.
La naturaleza de Yang y Yin es la voluntad. Yang, debido a que es la cabeza del dragón, es la voluntad en el universo. Yin, como la cola, es la voluntad de la mente terrestre. Sin embargo, Yang y Yin no son solo un circuito cerrado de Draco para la polaridad terrestre. La conexión terrestre Yang/Yin es solo uno de muchos meridianos comparables enlazando numerosos soles y su materia orbital para formar un gigantesco campo cósmico espiritual – el Transverso Dracónico. Al interior de este vasto sistema evolutivo, lo externo se debe mantener en unísono y armonía con lo interior. Ni al frente, ni atrás. El Yang y el Yin son los principios – la voluntad en la mente y en la materia- que aseguran esto.
Yin en la mente terrestre contiene todas las posibilidades detrás de las apariencias, todo lo que puede existir en el presente y en el futuro –todo esperando el momento, el tiempo exacto de manifestarse en conciencia al requerimiento de Yin precisamente para el tiempo perfecto de Yang. Porque Yang es el maestro de la sincronización en apariencia sensorial.
Yin, en el fondo de la mente terrestre, está más allá del tiempo: es el principio de conocimiento abstracto armonizado a la idea espiritual original de la Tierra. Yang determina el tiempo al cual, cualquier aspecto de esa idea dentro del conocimiento de Yin, está liberado para crecer y eventualmente hacer su primera aparición en la psique humana como ideas diferenciadas y finalmente, como los objetos que nos rodean en la Tierra.
Energía Real
Yang es un principio, no una función. Aunque es el principio positivo detrás de la idea de acción, no actúa.
Yin, el principio negativo, es todo-conocimiento de la idea terrestre y a falta de mayor conocimiento, también está desprovista para actuar. La acción que conecta a Yang y Yin está dada por un poder cósmico llamado Energía Real. La Energía Real no es energía como pensamos o como la entendemos. Esto es porque opera fuera de nuestro marco de referencia perceptivo-temporal.
La Energía Real es atemporal, instantánea y se las arregla para realizar lo que es imposible en nuestro gradiente de tiempo físico; acción-sin-reacción, acción-sin-consideración, acción-sin-pausa, un flujo instantáneo o esencia. La Energía Real es el poder que mantiene la vida en la Tierra en movimiento y por lo tanto, evolucionando. Sin ella la vida en la Tierra sería estática, estacionaria, imposible.
La Energía Real mantiene la vida en la Tierra moviéndose y evolucionando de la siguiente manera. Pasando de Yang a Yin en la mente terrestre, recoge el conocimiento de la idea-terrestre al Nivel Siete. Desciende a los otros niveles de existencia sensorial y perceptiva al Nivel Uno.
La energía es por tanto la portadora del conocimiento de la idea-terrestre hacia los sentidos y el catalizador de la acción al nivel sensorial. El resultado es el mundo natural que vemos a nuestro alrededor. Es la combinación de la energía real atemporal y su poder de acción en expresar la idea-terrestre a través del sentido que crea siendo. Ahí tiene que ser siendo para percibir la existencia. Sin esencia no hay existencia. Y la esencia percibiendo todo lo que es, es el ser/persona leyendo estas palabras.
La Energía Real actúa sin reacción al crear, mientras que en nuestro mundo físico toda la acción produce una reacción. La energía gastada aquí es igual a la resistencia opuesta, así que realmente no se hace ningún trabajo. Usando la fuerza como energía, el ser humano imagina que crea y destruye mientras que en realidad no crea, ni destruye nada. Desde la explosión de una bomba de hidrógeno al tecleo de un teclado, el efecto de nuestros esfuerzos es puramente formal o cosmético.
Nada permanente se ha logrado, aparte de la continuación de la raza humana y del mundo como un todo histórico hasta este momento. En el mundo exterior sensitivo-perceptivo de causa y efecto, la vida o el conocimiento pierden su instantaneidad y se convierten en historicidad o pasado. Debido a que la Energía Real es atemporal no hay intervalos en ella. Pero el tiempo como lo conocemos consiste de intervalos: todo toma tiempo. Hasta el movimiento de la manecilla secundaria de un reloj toma tiempo. Y así es como vivimos en el pasado.
Lo que llamamos energía y su uso o percepción como calor en la tierra, la luz solar, la electricidad y el poder nuclear es energía reactivada, energía de segunda mano. Trabaja como fuerza y no hay ninguna esencia, ninguna clase de vida, en la fuerza. Esta energía reactivada tiene 99.9 % del conocimiento original extraído de ella. De hecho una definición de fuerza es “energía desprovista de conocimiento”, debido a que la fuerza solo puede transmitir información. Y el conocimiento no es información.
En este estadio de nuestra evolución es difícil comprender que la principal cualidad de la Energía Real es conocimiento, debido a que operamos en información. Si bien decimos que tenemos conocimiento de algo, lo que realmente significa es que tenemos experiencia (información sobre la actividad pasada) o información acerca de algo que manejamos o en nuestra memoria. No hay conocimiento en esta existencia.
El conocimiento se distingue por el hecho de que no involucra el tiempo. La información, por otra parte, siempre toma tiempo. Para nosotros lleva tiempo recibir información, considerar o pensar acerca de ella, escribir o hablar sobre ella. Estamos unidos informacionalmente. Sin ella no podemos saber nada – hasta que evolucionamos para tener conocimiento.
Tener conocimiento es también no saber nada, con una gran diferencia. El conocimiento siendo Energía Real es atemporal. Los intervalos requeridos para su consideración y transmisión están ausentes. Esto significa que la esencia del conocimiento recibida desde Yang ya es conocida al interior de Yin. La ‘transmisión’ es absolutamente inmediata. Y debido al profundo conocimiento del poder cósmico, trabaja por el bien del universo entero, así como en la Tierra, el conocimiento siempre es “Todo bueno” o “Todo correcto”.
En la conciencia humana tal conocimiento elimina las ansiedades normales
que pueden resultar del conocimiento como malas noticias. Las buenas noticias en la información existen solo temporalmente debido a que otra información, probablemente contraria a las buenas noticias, está en camino. Este es un mundo de información conflictiva, de conflicto entre las buenas y las malas noticias. Este fenómeno es típicamente humano y desconocido en el resto del universo donde, sea lo que sea que suceda, hay un conocimiento atemporal. Todo es ‘por el bien de la totalidad’.
Participación Cósmica
Se puede decir que el objetivo de la evolución es librar al mundo de consideraciones subjetivas, lo cual significa librarnos a nosotros mismos del yo. Cuando digo que la Energía Real y el conocimiento son ‘objetivos’, quiero decir totalmente objetivos, es decir que el sujeto (en lo que se refiere a tiempo y a nosotros mismos) es finalmente eliminado de la percepción. El resultado es ser, ahora.
La evolución en este planeta, está controlada por la Energía Real actuando entre Yang y Yin, está inspirada universalmente y no es el fenómeno aislado que tendemos a pensar que es. La evolución es un movimiento cósmico para alcanzar la conciencia cósmica, tocante a la participación del hombre en el universo.
Para participar debemos tener algo real y de valor para contribuir. En términos evolutivos, nuestra contribución a la totalidad puede ser medida por la condición de nuestro mundo en relación a la armonía, justicia y bienestar de la humanidad. Nuestra apabullante falta de conciencia al respecto será conocida por todas las inteligencias cósmicas desarrolladas en el universo inmediato. Y cualquiera que esté sin desarrollar no puede conocer sobre nosotros más que lo que nosotros conocemos sobre ellos. Así, nuestro aparente aislamiento continuará hasta que tengamos algo mejor que dar que nuestra curiosidad y egoísmo –hasta que hayamos realizado el viaje espacial no por lo que podamos obtener de él, sino por lo que podemos dar.
El punto no es la evolución de la vida en la Tierra, sino la evolución de nuestro planeta como un organismo cósmico, conjuntamente con otros planetas del sistema solar y otros cuerpos cósmicos y estrellas al interior del sistema evolutivo Dracónico. Esta vida-en-la-Tierra que sigue y sigue a pesar de todo parece acabar superficial y tontamente en la muerte del individuo, no es tu vida o mi vida, sino la vida del planeta Tierra evolucionando hacia una mayor conciencia.
Tanto en lo vivo, como en la vida después de la muerte, todos nos combinamos como las células para formar un solo ser terrestre evolutivo dentro de la realidad universal. A través de las conexiones de la Energía Real Yang-Yin del sistema Dracónico, nuestro Sol, la Tierra, los planetas y otras estrellas y cuerpos cósmicos contenidos en él, se comunican e informan entre sí, intercambiando e integrando sus continuos cambios de tono o estado evolutivos.
No tenemos nada con qué contribuir en la evolución cósmica salvo por nuestra muerte. El hombre, junto con todas las especies, vive, muere y recurre en un solo sentido en el sistema de energía del Transverso Dracónico donde esta energía está continuamente siendo recibida en los tres planos de la existencia humana formando el cuerpo individual, su naturaleza, carácter, sus respuestas emocionales y mentales, circunstancias y mundo.
Pero realmente ninguna Energía Real sale de él hacia el cosmos hasta que muere. Esta energía, el valor de la vida que acaba de vivir, llega a ser una parte de la evolución cósmica pasando de la banda de la muerte al Nivel Cuatro. Ahí, la cola del dragón Yin en la mente terrestre –absorbe la información y la pasa al sistema Dracónico de Yang-Yin en su totalidad, el cual unifica la existencia interna y externa.
En nuestro actual nivel de desarrollo solo la vida y la muerte –el Síndrome Dracónico- produce energía espiritual real o cósmica.
Las especies en su totalidad, y el hombre en particular, son la agencia química de la Tierra para recibir y convertir la energía cósmica a la frecuencia de la mente terrestre. La vida del humano es ingestión, toda su experiencia de vida es conversión, y su proceso de muerte es destilación. Este convierte la energía en su frecuencia única e individual por el placer/dolor de su experiencia de vida; y en la muerte, esto pasa al sistema Dracónico.
Astrología
Debido a que el valor real de la vida pasada de un ser humano pasa de la mente terrestre, vía conexión Dracónica Yang-Yin, esta se dispersa y se manifiesta por todo el universo. Por el hecho de que el ser humano siempre ha sido parte del universo, su energía impregna hasta la nebulosa más lejana y está en cada expresión energética originada en cualquier parte del universo. Cada influencia cósmica recibida en la Tierra debe tener su sello en ella.
Para que estas influencias cósmicas sean recibidas en la Tierra primero deben ser convertidas a nuestra frecuencia terrestre particular. Esto lo realiza la radiación solar. Actuando como una escoba masiva o una brocha electromagnética que incesantemente barre la vasta área prescrita por los planetas orbitando, recoge la influencia de estos planetas así como la de fuentes cósmicas externas que entran al sistema solar. Estos monitorean, subiendo o bajando su vibración en la frecuencia apropiada para la vida en la Tierra. La información es transmitida a la mente en fotones o partículas de luz a través de los ojos y otros tejidos.
Este proceso es la base de la astrología –el intento más exitoso del ser humano de formular un principio mítico detrás del sistema evolutivo Dracónico. Pero debe entenderse que la astrología solo es una aproximación parcial de la verdad. Debido a la distorsión psíquica en la mente humana y los datos insuficientes percibidos, se queda corta en su aplicación del fenómeno en específico.
La nueva vida que un Hombre hace por sí mismo en el mundo de los muertos pasa como Energía Real a través de Yin hacia Yang para ser añadida al Hombre difundido por todo el universo. Descendiendo hacia la Tierra desde el resto del cosmos, la nueva vida es absorbida por su futura madre a través de la luz solar, así como también de la comida que come y del aire que respira.
Estas influencias –liberadas como tiempo por Yang- son el factor externo que disparará, en el momento adecuado, las concepciones de la persona y su nacimiento, así como eventualmente provocarán su muerte. En el preciso momento de su nacimiento (o concepción) el universo entero, y más específicamente el Sol y los planetas, estarán en ciertas posiciones en relación con la Tierra.
Estas configuraciones en conjunto –correlacionadas con el lugar, año, mes, día y tiempo en el que el hombre nace- presentarán la naturaleza de su futuro auto construido en el lenguaje del simbolismo universal. Si las posiciones de los cuerpos cósmicos (Yang) pueden plasmarse en un mapa y los símbolos son interpretados correctamente (Yin) al momento de su nacimiento (un esfuerzo serio realizado por los astrólogos a lo largo de los siglos), el resultado indicará no solo su naturaleza auto construida o su futuro, sino también la asistencia y resistencia cósmica que encontrará en el esfuerzo de realizar el pleno potencial de su nueva vida.
Más aún, las posiciones subsecuentes de los cuerpos cósmicos mostrarán los eventos que afectarán su vida en cualquier momento en particular.
El Sentido del Tiempo Humano
El Hombre es un compuesto de tres nociones del tiempo en las que las fuerzas cósmicas actúan –el futuro, el pasado y el presente. El futuro de un hombre es lo que este construye después de la muerte, fuera de su poder de amar. Este es su futuro real –no su futuro imaginario o proyectado o su intento de escapar de la muerte.
Debido a que es real no tiene intervalo, no tiene secuencia, y por lo tanto no puede ser conceptualizado o pensado. Este futuro consiste de dos aspectos. Como Yin, es el esbozo abstracto de su próxima vida dejado en el Plano Amarillo en el nivel tres. Como Yang está representado por el Sol y otros cuerpos cósmicos que catapultan la nueva experiencia de vida. El futuro auto construido del Hombre será el amplio esbozo que su vida seguirá y, como su propio Yin, se impondrá a sí mismo como sentimiento o libre albedrío.
Pero de hecho, nunca puede vivirse como él lo intenta o diseña. Siempre añorará interiormente algo que nunca podrá llenar su satisfacción. Esto es porque el futuro que hizo por sí mismo será modificado desde su inicio por influencias cósmicas externas que representan la contribución evolutiva para su vida por parte del resto del universo inmediato. De la misma forma que él afecta el universo, este lo afecta a él.
El pasado de un Hombre también tiene dos aspectos, el Yin y el Yang. En el aspecto Yin, el pasado está en la mente del hombre. Este pasado es un yo químico que se origina en el Plano Rojo y forma un cuerpo emocional alrededor del esbozo abstracto de su futuro. Este cuerpo es el hombre material cuya motivación egocéntrica involuntaria es sobrevivir y reproducirse a sí mismo como un vehículo emocional y orgánico para perpetuar la especie.
Es este ‘viejo’ hombre, en el Hombre, el que lo confunde con frecuencia en esta nueva vida, pareciendo que trabaja en contra de su futuro auto construido. El aspecto Yang del pasado del Hombre está representado por un cuerpo cósmico externo –la Luna. Actuando sobre los fluidos del cuerpo, la influencia de la Luna fortalece la identificación emocional del Hombre con el pasado o las percepciones fijas, las impresiones en la memoria y las tradiciones familiares, sociales, nacionales, religiosas y culturales.
La interacción en la conciencia del Hombre entre su futuro y su pasado, crea su conciencia del presente. Este es donde la bella y la bestia, la agonía y el éxtasis a menudo parecen compartir el mismo momento en el tiempo dentro de él. En la mente, el presente es un punto rápidamente oscilante entre el Plano Rojo y el Amarillo. Este punto varía en cada uno; el hombre menos evolucionado viviendo en lo emocional, el ahora material, y el más evolucionado viviendo más en el momento. Sin embargo, en cada vida del ser humano esta conciencia del presente –actuando a veces como un aspecto y a veces como el otro- a menudo parecerá estar trabajando contra ambos, su futuro y su pasado.
Recordemos que en mucha gente la mayor parte del tiempo, el Plano Amarillo está siendo invadido constantemente por el ser insurgente del Plano Rojo, y consecuentemente el intelecto en la mayoría está coloreado por una interferencia emocional. Mientras un Hombre está trabajando en la Tierra o siendo tan objetivo como le es posible (tratando solo con hechos) el poder de su intelecto es relativamente claro. Pero en el momento en que piensa sobre el pasado o actúa desde sus apegos emocionales (los cuáles son tan numerosos como sus pensamientos sobre el pasado), el Plano Amarillo es invadido y otra vez es subjetivo, y poco confiable nuevamente.
Para la humanidad cada pensamiento y consideración está en el pasado; la mayor parte del tiempo la pasamos pensando o hablando sobre el pasado y en menor grado, sobre un futuro imaginario. Si acaso llegamos a percibir una pequeña parte del mundo como es en el momento presente. Y este es visto a través de la pantalla de las impresiones y opiniones pasadas, gustos y disgustos, sentimientos regurgitados y falsos sentimientos.
La Influencia del Sol y la Luna
En su mayor parte, la gente vive fuera del pasado en el mundo de los sentidos. La invasión del intelecto por el yo, se siente en su forma más notoria (sentido totalmente) como cambios de humor (Yin) manifestados como cambios de comportamiento (Yang) actuando en el ser emocional (Yin) vía el cerebro y las glándulas.
Así como el Sol, simbolizando iluminación, en realidad ilumina la Luna, simbolizando resistencia y apego al pasado, así son forzados los cambios en el ser emocional y sentimental. Así como la influencia de la Luna retiene al Hombre haciéndolo resistirse al cambio en su interior, la influencia del Sol lo estimula a atreverse y atreverse y realizar su potencial.
Barry Long
© The Barry Long Trust
Extractos del libro The Origins of Man and the Universe
Traducción al español Carmen Orellana